DISCURSO DEL PRE-CANDIDATO ELIGIO JAQUEZ. UN PRESIDENTE CON LOS PIES SOBRE LA TIERRA.

Publicado en por ING.ELIGIO JAQUEZ

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PUEBLO DOMINICANO

COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS!

Hace ya 43 años que iniciamos nuestra carrera política en el Partido Revolucionario Dominicano. Durante este tiempo hemos sido parte y por ende testigos, de momentos de gloria que han determinado, en ocasiones, el curso de la historia de nuestro país, en el sagrado compromiso, junto a nuestro glorioso partido, de redimir a los más pobres y consagrar la justicia social y la democracia, todo lo cual significa poner primero a la gente.

Pasamos aquellos 12 años de triste recordación, alternando  el  trabajo de agrónomo, para ganarnos la vida y sostener  nuestra familia, mientras recorríamos el país detrás de ese humanista y padre de la democracia dominicana, Don Antonio Guzmán y del líder inmortal, Dr. José Francisco Peña Gómez.

Luego del triunfo del PRD en 1978, desde el Instituto Agrario Dominicano, fuimos parte de ese gran gobierno perredeísta, el mejor gobierno de nuestra democracia contemporánea.

Desde ese momento nos quedo absolutamente claro que solamente contando con la combinación de los recursos naturales y la inteligencia de la gente podía este país tener algún futuro ante los dramáticos cambios internacionales que nos sumieron en la década perdida.

En 1982, aún en medio de las luchas de tendencias de la época, trabajamos como el que más para mantener al PRD en el poder, esta vez recorriendo de nuevo el país en pro de la candidatura del compañero Dr. Salvador Jorge Blanco. En esas elecciones fuimos elegidos Diputado de la República en la boleta del Distrito Nacional.

En 1986 recorrimos de nuevo el país, esta vez en apoyo de la candidatura del compañero Jacobo Majluta, esfuerzo que contribuyó a que, voto a voto, ganáramos las elecciones. Sin embargo, fruto de las contradicciones internas y los conciliábulos de la caverna criolla que aún se conservaba, empujaron para que fuéramos desalojados del poder, iniciándose un período de 14 años de pesarosa oposición.

Participamos en la contienda electoral del 1990 con la candidatura del Dr. Peña Gómez. En esa ocasión estuvimos a cargo de la coordinación de la campaña vicepresidencial de mi compañero Hipólito Mejía. Desgraciadamente, esa aspiración tenía escasas posibilidades de triunfo, debido a la profunda división que aún nos carcomía.

Y fue así como seguimos sin desmayo por los próximos 4 años, en desigual

guerra electoral contra un gobierno muy parecido al actual, dirigido por un

presidente también muy parecido al actual, también mañoso, corrupto y

tramposo.

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Las elecciones del 1994 demostraron que la voluntad del pueblo supera todas

estas mañas, corrupción y trampa.

Esas elecciones fueron ganadas por el Dr. José Francisco Peña Gómez,

fueron ganadas por el Partido Revolucionario Dominicano, fueron ganadas

por el pueblo.

Pero el fraude, demostrado y documentado, cometido por el gobierno de

entonces, llevo al país al borde de la guerra civil. El derramamiento de

sangre fue evitado por el amor a este pueblo del gran líder histórico del PRD,

quien junto a la nación forzó una negociación que recortó ese mandato a

dos años ordenando la celebración de elecciones en 1996.

Así que seguimos con las botas puestas y con el mismo uniforme, raído

por los cambrones y el polvo de los caminos. Persistimos en la lucha por el

pueblo, por el Partido. Hombro con hombro con Peña Gómez y Doña Peggy,

con Don Ángel Miolán, Hipólito Mejía, Milagros Ortiz Bosch, Ivelisse Pratts

de Pérez, Fello Suberví Bonilla, Ambiorix Díaz Estrella, Hatuey D'Camps

Jiménez, Hugo Tolentino Dipp, Enmanuel Esquea Guerrero, Aníbal García

Duvergé, Miguel Vargas Maldonado, Rafael Abinader, Siquio NG, Andrés

Bautista, Antonio Rosario, Maximín Aristy, Tony Del Villar, Yayo Matías, Fausto

López, Jesús Vásquez, Enrique López, Julio Colón   entre otros no menos

grandes dirigentes perredeístas.

Llegada la hora de la cita electoral de 1996 se produjo el conocido "Pacto

por la Democracia", con toda su carga de cinismo y grande de traición.

Llevaron a un disminuido Juan Bosch, en estado avanzado de la enfermedad

que lo llevo a la muerte a quien le hicieron levantar la mano junto a Balaguer; en el centro de ambos, Leonel Fernández, quien en ese momento consagraba su

alma al diablo y que más tarde  convertiría al país en un infierno.

Fuimos testigos de un Balaguer que utilizo su capital político, los recursos del

Estado, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional como brazos electorales para aplastar la democracia y colocar a Leonel Fernández en una presidencia

montada sobre el odio y un disimulado racismo.

Así es que seguimos en pie de lucha y para las elecciones de medio término de 1998 nos presentamos como pre-candidato a Síndico de la Capital. Faltaban

apenas 4 meses para la convención y los otros 2 candidatos que

aspiraban a la misma posición tenían un gran trecho recorrido; pero los

compañeros de la capital nos dieron apoyo militante y al contar los votos,

resulto un triple empate, decidiendo entonces el Dr. Peña Gómez

asumir la candidatura, unificando a su alrededor todas las corrientes con la

fuerza de su liderazgo.

El 10 de mayo de ese año, a pocos días de las elecciones, el más prominente,

el más puro, el más desprendido líder de masas del país y para muchos de

América Latina, fue vencido por el cáncer, siendo llamado por el Señor a

su Santo Seno, luego de haber perdonado a sus enemigos. Dejó, sin

embargo, el terreno listo para que su Partido, el PRD, mantuviera el

control del cabildo capitaleño y para que a nivel nacional obtuviéramos una

resonante victoria electoral tanto en el Congreso como en los municipios.

Nosotros fuimos electo Diputado al Congreso por segunda vez.

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Iniciamos la campaña interna del PRD para las elecciones del 2000

asumiendo la coordinación nacional de una pre-campaña presidencial. Ganada ésta, fuimos designados para coordinar la gran batalla electoral contra aquel

odioso gobierno que la sabiduría del pueblo califico de “come solos”,

concluyendo con la victoria que llevaría de nuevo al poder al PRD y al

compañero Hipólito Mejía a la primera magistratura de la nación.

Aquella legendaria victoria y mi papel en ella se la debemos a aquellos

aguerridos y capaces dirigentes perredeístas de la talla de:

Hatuey D´ Camps, César Sánchez, Rafael Calderón, Hernani Salazar, Ana

María Acevedo, Héctor  Guzmán, Modesto Reynoso, Vicente Sánchez Baret,

Dorín Cabrera, José Ovalle, Pedro Franco Badía, Yadira Henríquez, Pastora

Méndez, Miguel Vásquez, César Cedeño, Domingo Batista, Guillermo

Villamán, Francisco Peña, Adolfo Pérez, Julio Núñez, Julio Guevara, Julián

Peña, Diagnócrates Pérez, Dr. Ramírez Pérez, Francisco Jiménez Reyes,

Víctor Méndez, Juan Zapata, Julio Nolasco, Altagracia Marcano, Fantina Sosa,

Eladia Medina, Roberto Rodríguez, Radhamés Rodríguez, Jesús Vásquez,

José Rodríguez Soldevilla, Tomy Durán, y me paro rindiendo a todos mis

compañeros y compañeras, dirigentes, colaboradores, militantes que de

manera granítica unieron sus fuerzas para hacer realidad esta

merecida y espectacular victoria política del año 2000

Fui entonces honrado con la designación de Secretario de Estado de

Agricultura. Muchos han olvidado la dramática situación del sector en

aquellos momentos, cuando hasta la sede de la institución había sido incendiada para borrar los rastros de una corrupción que ya era endémica. La agropecuaria

nacional estaba estancada, hacia tres lustros que se carecía de una visión

estratégica para el desarrollo productivo de los recursos nacionales

ante los desafiantes embates de la globalización.

Con ese mismo equipo de hombres y mujeres luchadores,

acostumbrados a sacrificarlo todo por su Partido, dirigimos también la

campaña Congresual y Municipal del 2002, en la cual obtuvimos 29

senadores, 88 diputados y 107 síndicos.

Sin dudas que este resultado estuvo determinado, además del trabajo de todos, por la gestión de un gobierno que se ganó la confianza del pueblo por su

adecuada gestión, por la honradez demostrada, el respeto a la cosa pública

y a la institucionalidad democrática.

A ese Gobierno que tanto bien venía haciendo al país, le explotó en las manos una crisis financiera en su segunda mitad que ya venía incubándose

desde administraciones anteriores. Un grupo de banqueros deshonestos

desfalcaron a los ahorristas y en su etapa más avanzada de latrocinio,

actuaron en contubernio con la cúpula del PLD que había amasado una

inmensa fortuna a su paso por el gobierno; contaron también con la

complicidad de malos dominicanos

para desestabilizar la tasa de cambio y crear una ola inflacionaria y la pérdida

de la confianza de los agentes económicos.

Consecuencia de esta crisis, capitalizada en gran parte por el PLD sin

importarle el daño al país y que creó 2 millones de pobres, sumió al gobierno

  y al PRD en una impopularidad sin precedentes.

En ese escenario nos lanzamos a la aventura de un proyecto reeleccionista

del cual salimos derrotados. Yo fui el coordinador de esa campaña y como tal debo asumir mi responsabilidad de manera autocrítica y sincera, declaro

aprendida esa lección desagradable.

Perdimos el gobierno básicamente por la crisis bancaria, pero el

proyecto de reelección provocó la pérdida de compañeros históricos del

Partido encabezados por el Lic. Hatuey D'Camps, el legendario luchador

Rafael Gamundi Cordero, la indomable Felipa Gómez, entre otros; de igual

manera perdimos el favor de amplios sectores de opinión. También

posibilitó la reelección de Leonel Fernández en 2008.

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Afortunadamente el tiempo hace su obra y pasados 8 años hemos

recuperado la confianza al reconocer y corregir a fondo ante Dios, nuestro

Partido y nosotros mismos, nuestros errores. Muchos de los compañeros

que se fueron han regresado; las iglesias, los círculos de opinión, la

intelectualidad, la juventud, las mujeres, el país en general, se percibe que

han ido recobrando la confianza en el PRD.

Estos han sido 8 años de frustración nacional. La estabilidad de la tasa de

cambio, producto de políticas monetarias iniciadas en nuestro gobierno,

no ha generado estabilidad de precios. El gas, el aceite, el arroz, los plátano

s, las gasolinas, para solo mencionar algunos rubros, han aumentado de precio

de manera importante, aún superior a los precios existentes cuando la tasa de

cambio era mucho más alta.

Los productores han sido abandonados a su suerte en un mercado

mucho más abierto y competitivo, sin financiamiento, sin asistencia, sin

electricidad, sin mano de obra de calidad y teniendo que competir con

productos importados por negociantes ligados al PLD.

Bajo el manto de un discurso de libre comercio, este gobierno tiene

una gran vocación de importación, no de producción, pues nunca sus

líderes han trabajado productivamente, siempre han vivido del partido, del

gobierno y del presupuesto nacional, no les importa el productor ni su

familia. Esta pesadilla ha devastado el campo, la esperanza, la confianza y la

industria de los dominicanos.

El problema energético, que hace 25 años el PLD se comprometió a

resolver en 3 meses, esta cada día peor. El consecuente aumento a los

costos industriales, comerciales y hoteleros ha carcomido la 

competitividad dominicana destruyendo el aparato productivo

nacional y sustituyéndolo por importaciones. También más abajo, al nivel

de los salones de belleza, las amas de casa, los colmados, talleres y

almacenes han sucumbido a una electricidad mala y cara.

Son además los apagones los principales aliados de los asaltantes que hacen

invivibles los barrios, campos y las ciudades del país. La salud no es una

prioridad para este gobierno sin alma, a no ser las comisiones que

generan las compras de medicamentos y materiales de apoyo a

precios sobrevaluados. Y que nadie diga que estoy exagerando: Hace un

tiempo que un Subsecretario de Salud anunció que su hogar había sido

asaltado y que los intrusos se habían llevado 104 millones de pesos; el

escándalo fue apagado por los otros subsiguientes escándalos del gobierno.

El tiempo pasó y en las elecciones de mayo pasado, ese funcionario fue

presentado como candidato a Diputado por la provincia de Santo Domingo y

hoy está revestido de inmunidad en el Congreso Nacional

representando orgullosamente los antivalores del Partido de la Liberación

Dominicana.

La institucionalidad en el país es un mito. Tenemos el triste privilegio de estar

entre los peores países de América Latina, según la prestigiosa fundación

alemana Konrad Adenauer Stifftung, al evaluar la institucionalidad, el ejercicio

político y el desarrollo de la democracia.

El narcotráfico, el lavado de dinero y la sangre producto de las pugnas internas

entre bandas, salpica los pasillos del Palacio Nacional.

Mientras que del 2000 al 2004 las autoridades americanas calcularon un

flujo de drogas de alrededor de 800 millones de dólares, en el período

2005-2009 este monto supera los  cinco mil millones de dólares,

colocándonos tristemente entre los países líderes de tránsito de estupefacientes hacia Estados Unidos y Europa.

Da vergüenza que el Presidente dominicano se pasee por Europa y se

fotografíe con narcotraficantes. Es inadmisible que elementos ligados al

narcotráfico internacional sean visita de confianza en el Despacho Presidencial,

y usen sus influencias, para conseguir contratas grado a grado en el

gobierno y financiamientos privilegiados del Bancos Estatales para construir

torres de lujo en la capital. Esto hay que pararlo!

Pero Leonel Fernández dice que en la República Dominicana no existe una

corrupción organizada, sino que se limita a situaciones aisladas. Con esa

actitud nuestros problemas institucionales no tienen solución. La percepción

general y varios estudios realizados han demostrado que la dominicana es una

híper-mega-ultra-súper-corrupción, organizada por Leonel Fernández y los que

están con él en el poder.

Este mitómano impenitente deberá además convertirse en mago para

ocultar la opulencia de sus funcionarios y la de él mismo, para que el pueblo

deje de ver lo que a diario ve: robo, corrupción, complicidad con narcotráfico,

y que nada de esto se detiene ante la puerta de ningún despacho. Estos

descarados se roban la gallina y no guardan las plumas.

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La inseguridad ciudadana ha convertido al país en zona de terror. Nunca se

sabe de dónde te puede venir el tiro, si de los policías persiguiendo delincuentes o de los delincuentes huyéndole a la policía. Si te mandan a parar y no lo haces te

matan; si te paras puede que sean policías-atracadores y también te matan. Todo apunta hacia una situación de terror dirigida desde el Estado con fines específicos.

Con toda esta desgracia, el peor daño a corto, mediano y largo plazo se

lo está haciendo el PLD al país con el abandono de la educación. Somos el

segundo país de más baja inversión en educación de América Latina. ¿Como

es que vamos a romper con el círculo de miseria si le negamos la educación a los pobres, con un nivel de analfabetismo que ronda el 20% y un sistema

educativo en una crisis estructural permanente de la cual no puede salir po

r falta de presupuesto y apoyo estatal?

Me uno y le pido a mi Partido que haga lo mismo, como un soldado más al grito de guerra pacífica, patriótica y ética,  a la que convoca la Fundación Sur Futuro y Doña Yvelisse Pratts, cuya primera batalla es conseguir el aumento presupuestal para el sector educativo. Que los diputados perredeístas rechacen el 1.8% del PIB propuesto por el Gobierno y exijan el 4% mínimo que prevé la Ley en el presupuesto del próximo año.

El Partido Revolucionario Dominicano tiene un compromiso con este pueblo; en los grandes momentos de la historia nacional ha sido el PRD el que ha salido al frente, liderando al pueblo en sus luchas. Hoy el país está ante una de sus más grandes emergencias: hay que salir de un gobierno que no solo es desalmado, indolente, corrupto, ligado al narcotráfico, sin respeto por las instituciones y que se roba los dineros del pueblo, sino que también intenta perpetuarse en el poder, no está claro si para robar más o por miedo a ser juzgados por la justicia Dominicana.

El Partido Revolucionario Dominicano, a través del Congreso José Francisco Peña Gómez, ha mandado un claro mensaje al país de que sus diferencias internas no son antagónicas sino coyunturales y de que podemos dirimir nuestras diferencias sin traumas mayores; de que ante la realidad histórica actual estaremos unidos, trazando junto al pueblo la senda del porvenir.

Una pléyade de dirigentes hemos decidido someter nuestros nombres a la consideración de las bases para optar por la candidatura presidencial de nuestro Partido en las elecciones de mayo del 2012. Sin dudas que cualquiera de nosotros es mejor que el mejor del PLD.

De la Convención Ángel Miolán de marzo próximo saldrá el Candidato Presidencial del PRD y seguro futuro Presidente de la República, por decisión libérrima de las bases del Partido.

Después de 43 años de militancia en este único Partido, con la experiencia política y de servicio a la Nación que hemos acumulado durante todo este tiempo, con la esposa de siempre, con nuestros hijos, los crecientes nietos y los pies sobre la tierra; despojado ya de los ímpetus que impulsan a actuaciones temerarias, pero con el vigor, la claridad de criterio y el coraje para vencer a este gobierno en las urnas y llevar al PRD de nuevo al poder, estamos sometiendo nuestra hoja de servicios para ser ponderados por las bases perredeístas y amigos del Partido como Candidato Presidencial del Partido Revolucionario Dominicano para las elecciones del año 2012.

Nosotros hemos caminado el país desde Montecristi a La Altagracia y desde Samaná a Pedernales por cada paraje, distrito municipal y provincial, siempre detrás del candidato de mi Partido.

He caminado detrás de Don Antonio, de Salvador Jorge Blanco, de Jacobo Majluta, de Peña Gómez, de Hipólito Mejía y de Miguel Vargas Maldonado.

No parecería entonces raro que ahora los precandidatos marchen detrás de mí, solo que en mí caso no marcharían detrás, sino a mí lado, empujando todos juntos, pues seríamos todos ganadores, no solo cuando lleguemos al gobierno, lo cual fue acordado en el pasado Congreso José Francisco Peña Gómez, sino desde la misma Convención, pues de ser nosotros ungidos con la mayoría de votos, de los mismos precandidatos saldrá el candidato Vicepresidencial, el Jefe de Campaña y demás cargos importantes en el partido en la ruta hacia el poder. Todos seríamos ganadores, no habría perdedores.

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Actualmente sectores bien intencionados ligan nuestro proyecto al compañero Hipólito Mejía. Lo cierto es que estamos tan cerca de Hipólito como de Miguel Vargas Maldonado, de Luis Abinader, de Guido Gómez Mazara, de Aníbal García Duvergé y de Jesús Colón, el hijo de mi hermano solidario y querido compañero Don  Julio Colón. La realidad es que todos pueden contar conmigo, pero que cesen ya los llamados de adhesión que nos hacen desde diferentes litorales, pues este proyecto superó la etapa de ser un riachuelo o un afluente y se ha convertido en un rio navegable, dispuesto a recibir aguas limpias para juntos llegar al mar de la victoria el día de la Convención.

Nosotros conocemos por sus nombres a todos los dirigentes del Partido en cada rincón del país y en las seccionales del exterior; nuestro compromiso no es solo político, sino también personal con ellos y sus familias.

Tenemos el compromiso con el país de dirigir un gobierno comprometido con el desarrollo de las habilidades mentales de los dominicanos, base del conocimiento, la tecnología y la superación individual y colectiva.

Sueño con una nación liberada de las taras del analfabetismo funcional, del atraso cultural y tecnológico, que nos mantiene en los peores lugares de las estadísticas comparativas internacionales, impidiendo que seamos una nación capaz de crecer y desarrollarse por sí misma.

Estoy dispuesto a comprometerme al cumplimiento de los llamados “Objetivos para el Desarrollo del Milenio” que este gobierno tan vergonzosamente ha incumplido. Esa debería ser la prioridad principal del Estado dominicano.

Sufro cada vez que reviso el avance de nuestro progreso social. No sé como un presidente dominicano puede dormir tranquilo mientras que:

·               Menos de la mitad de los hogares urbanos dominicanos y menos de una cuarta parte de los rurales cuentan con abastecimiento de agua potable.

·               Una tercera parte de los jóvenes entre 15 y 19 años no han siquiera completado la educación primaria y cuando la terminan se encuentran con un nivel de conocimiento que es menos de la mitad de lo que el promedio mundial logra.

·               Poco más de una décima parte de los hogares dominicanos cuentan con una computadora y mucho menos aún con conexión a Internet.

·               Una tercera parte de los hogares dominicanos aún se deshacen de la basura por sus propios medios y en el resto de hogares el camión de la basura pasa una vez a la semana.

·               Un estancamiento desde hace cinco años en la reducción de la mortalidad infantil, la cual se mantiene en 23 por cada 1,000 nacidos vivos, mientras que la mortalidad materna se sitúa en el escandaloso nivel de 154 por cada 100,000 nacidos vivos.

·               Enfermedades de la edad media, tales como el dengue y el cólera han vuelto a ser una amenaza real.

·               Hospitales in humanizados, subequipados con personal mal pagado y desganado.

Muchos creyeron que hablar de seguridad alimentaria era cuestión del pasado, un anacronismo, hasta que hace un par de años volvieron a crecer de manera espectacular los precios de los alimentos en los mercados internacionales y hasta un indiferente empedernido a los temas agropecuarios como es el Presidente Fernández incluyó una queja sobre el asunto en su discurso de las Naciones Unidas.

La experiencia me ha enseñado que las tareas del desarrollo social y económico del país no se pueden dejar a que otro las cumpla, uno tiene que estar encima de ellas permanentemente, ya que los obstáculos al desarrollo a veces son insalvables. Muchas veces, esos obstáculos adoptan la forma de indolencia de los políticos y burócratas, solo interesados en “donde esta lo mío”, así como los intereses espurios de los especuladores divorciados de la producción que viven de simplemente comprar barato para vender caro.

Relataré una anécdota que está preñada de lecciones. A sabiendas de que la mejor opción para un futuro mejor era dotar de bases científicas y tecnológicas a la producción nacional, en 1985 fue promulgada la ley de creación del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF), un proyecto conocido y aprobado mientras yo era presidente de la comisión de agricultura de la Cámara de Diputados. 15 años después, recién nombrado Secretario de Agricultura se descubre que el IDIAF solo era un montón de papeles engavetados.

Recuerdo haberme preguntado cómo es que los grandes sofistas y teóricos de la globalización, modernización y competitividad del patio dominicano no hubieran hecho absolutamente nada sobre la investigación y el avance tecnológico nacional.

 

El caso es que ese tema del desarrollo tecnológico agropecuario se transformó en mi más alta prioridad. Arranca con la contratación de recursos humanos altamente capacitados. Continúa con la contratación de financiamiento para implementar proyectos que han revolucionado la producción nacional, tales como los invernaderos, Merca-Santo Domingo y frigoríficos. Avanza con la selección de variedades de piña y árboles frutales aptos para la exportación, así como la masiva ayuda técnica y financiera para que los productores se pusieran a la altura de los desafíos de la globalización.

El efecto de este esfuerzo ha sido extraordinario. A pesar de que las sucesivas administraciones del PLD han estigmatizado, satanizado, abandonado,  y hasta destruido estas iniciativas, el efecto demostración entre empresarios y profesionales agropecuarios ha sido tan importante, que ellos mismos comenzaron a financiar sus propios invernaderos y adoptaron los avances tecnológicos que salían del IDIAF.

Hoy en día ese sector de frutales e invernaderos es el segmento más dinámico y competitivo de las exportaciones dominicanas. Así es que se desarrolla una nación, no es con palabras bonitas y presumidos discursos.

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Algo parecido debe propiciarse en los demás sectores de la economía de nuestra nación.

Promover la producción para garantizar la seguridad alimentaria a partir del ahorro interno, maximizando el potencial del mercado local, garantizando la prosperidad económica, social y ambiental de la nación para proveer a las futuras generaciones, calidad de vida, educación, salud, vivienda, valores morales y familiares e implementación eficaz del sistema de Seguridad Social.

En este país se necesita una gran redistribución de la propiedad, pero no es agraria, sino urbana, ya que la mayoría de los pobres e indigentes ahora viven en las ciudades dominicanas. Afortunadamente esa tarea puede ser realizada sin despojar a los actuales propietarios, sino que puede ser desarrollada a través de un gran programa de viviendas llevado a cabo por el mercado financiero en coordinación con empresas constructoras privadas. Será necesario crear un sistema de incentivos que asegure tasas de interés predecibles, prolongue a no menos de 20 años el periodo de repago. Esto permitirá el acceso a viviendas económicas a un sector de menores ingresos de la población ensanchando el mercado y creando mayores fuentes de trabajo y de  riqueza.

Promover políticas de préstamos bancarios que privilegie a la industria y a la agropecuaria, a mayores plazos y menores tasas.

 

Promover un clima de inversión mediante la implementación de un ambiente de disciplina fiscal, reordenamiento y control del  gasto público, incentivos especiales a aquellas empresas que dediquen su producción a la exportación obviando los altibajos del mercado interno, eliminando toda carga directa en el costo y convirtiendo al país en un suplidor internacional confiable.

Abogo por un clima de confianza a la inversión tanto local como extranjera, sin el temor de un gobierno que compita con ellos o que los obligue a incluir como socios de sus empresas a funcionarios a cambio de la aprobación de permisos de instalación.

Hay que ponerle un pare al endeudamiento externo. No es posible incrementar la deuda externa, mientras los funcionarios  del PLD se roban centenares de miles de millones de pesos. No podemos seguir cogiendo prestado para pagar,  comer y seguir comprando más de lo que vendemos. Tenemos el desafío de desarrollar nuestro potencial productivo en todos los órdenes, hablamos de piscicultura, silvicultura, turismo, minería, apoyo a la micro, pequeña y mediana empresa.

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Nosotros encabezaremos un gobierno Socialdemócrata, que les dará a los de abajo agua, salud, educación, empleo y bienestar, sin quitar a los de arriba su espacio y ofreciendo a estos seguridad jurídica y ciudadana.

Compañeros y Compañeras, ese es el gobierno que le falta a la República Dominicana y es el que yo ofrezco: Un gobierno con los pies sobre la tierra.

Queridos compañeros y compañeras, la misión que nos espera es inmensa, pero como dice el libro de Los Hebreos Capítulo 11 versículo 1, "es pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve".

A trabajar, compañeros y compañeras con fe, que en este Partido los procesos no se resuelven con dinero, ni con encuestas, ni con alardes. Es con votos salidos de la conciencia. Este es el Partido de Peña Gómez, el Partido de hombres y mujeres cuyo compromiso social está por encima de todo, este es el Partido de la Democracia Dominicana.

QUE VIVA LA REPUBLICA DOMINICANA!

QUE VIVA, EL DR. JOSE FRANCISCO PEÑA GOMEZ!

QUE VIVA, QUE VIVA, EL PARTIDO REVOLUCIONARIO DOMINICANO!

EL PARTIDO DEL PUEBLO, EL PARTIDO DE LA ESPERANZA Y DE LA LIBERTAD!

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